Ellen White fue una de los fundadores de la Iglesia de los Adventistas del Séptimo Día. Era una reformadora de salud vegetariana, y el vegetarianismo y otras enseñanzas de salud de los adventistas se deben a sus esfuerzos. Ella creía que el cuerpo humano representa el templo de Dios y por tanto no debe ser maltratado. También denunció el tabaco y el alcohol. Alrededor del 50% de los adventistas actualmente son ovo-lacto vegetarianos. Hay unos 2 millones de adventistas en todo el mundo, con una cuarta parte de ellos en los Estados Unidos. Los adventistas son enérgicos promotores de la buena salud. Poseen su propia editorial y producen muchos libros y otras publicaciones. También poseen muchos hospitales, tiendas de alimentación natural, y restaurantes vegetarianos. Además, poseen una institución de enseñanza superior, la Universidad de Loma Linda.
168. A fin de lograr una digestión saludable, el alimento debe comerse lentamente. Los que desean evitar la dispepsia, y los que comprenden su obligación de conservar todas sus facultades en una condición tal que los capacite para rendir el mejor servicio a Dios, harán bien en recordar esto. Si el tiempo de que disponéis para comer es limitado, no engulláis vuestros alimentos, sino comed menos y masticad lentamente. El beneficio que proviene del alimento no depende tanto de la cantidad comida como de su completa digestión; y la satisfacción del gusto no depende tanto de la cantidad de alimentos ingeridos como del tiempo que éstos permanecen en la boca. Los que están en estado de excitación o ansiedad, o están apurados, harían bien en no comer hasta no encontrar descanso o alivio; porque las facultades vitales, ya severamente sobrecargadas, no pueden suplir los fluidos digestivos necesarios.
273. La costumbre de comer solo dos veces al día es reconocida generalmente como beneficiosa para la salud. Sin embargo, en algunas circunstancias habrá personas que requieran una tercera comida que debe ser ligera y de muy fácil digestión. Unas galletas o pan tostado al horno, con fruta o malta, son lo más conveniente para la cena.
283. Hay que observar cuidadosamente la regularidad en las comidas. Al niño no se le debe dar de comer entre comidas, ni pasteles, ni nueces, ni frutas, ni manjar de ninguna clase. La irregularidad en las comidas destruye el tono sano de los órganos de la digestión, en perjuicio de la salud y del buen humor. Y cuando los niños se sientan a la mesa, no toman con gusto el alimento sano; su apetito clama por manjares nocivos.
390. Error grave es comer tan sólo para agradar al paladar; pero la calidad de los comestibles o el modo de prepararlos no es indiferente. Si el alimento no se come con gusto, no nutrirá tan bien al organismo. La comida debe escogerse y prepararse con inteligencia y habilidad.
513. Los sencillos cereales, las frutas de los árboles, las legumbres y las hortalizas, tienen todas las propiedades nutritivas necesarias para producir buena sangre. Esto no lo puede hacer un régimen a base de carne.
178. No debe haber muchas clases de alimentos en una comida, pero cada comida no debe estar compuesta invariablemente de las mismas clases de alimentos. El alimento debe prepararse con sencillez, aunque en forma esmerada para que incite al apetito.
Fuente:
IVU y bibliografía de Ellen G. White (1827 – 1915)