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Los caballitos de mar cerca de la extinción

La habilidad para cambiar de color, el movimiento independiente de los ojos, una cola prensil al estilo de los primates y un sistema de gestación de los recién nacidos similar al de los marsupiales; convierten al hipocampo (caballito de mar) en uno de los animales más únicos de la naturaleza.

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De forma creciente, éstas características que hacen a los hipocampos criaturas tan exóticas, junto con la creencia de que poseen propiedades curativas para los humanos, han llevado a ésta especie a su declive. El comercio es el responsable de una baja del 50% en la población mundial y del 90% en algunos lugares específicos.

Los caballitos de mar habitan ecosistemas costeros de aguas templadas y tropicales de todo el mundo, y sus poblaciones más altas se encuentran en Australia, Nueva Zelanda y en algunos países de Asia y Latinoamérica. Las diferentes especies de hipocampos varían en tamaños y peso, y llegan a vivir entre 1 y 5 años. Gracias a las espinas en su cuerpo y a un sistema efectivo de camuflaje los hipocampos adultos tienen pocos predadores naturales.

Sin embargo, ésta especie animal tarda mucho en reponerse de la explotación comercial, debido a que sus poblaciones son reducidas, con poca densidad, tiene preferencia por cierto tipo específico de hábitat, tienen poca movilidad, cuentan con comportamientos reproductivos complejos, además de un alto grado de mortandad juvenil y un cuidado parental prolongado.

Conservación

Mientras que los científicos han aprendido mucho sobre su biología y ecología en las pasadas dos décadas, todavía no se cuenta con información fehaciente sobre su distribución global, número poblacional y el impacto real que ejerce su explotación comercial.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) incluye en su “Listado de Especies Amenazadas” a 38 especies de hipocampos, de las cuales 26 están catalogadas como “con datos insuficientes para asignarle status”, 10 con status “vulnerable”, 1 con status “en peligro”, y 1 con status “bajo preocupación menor”. La IUCN identifica a la captura accidental (o sea durante la pesca comercial de otros animales) y a los cupos no regulados de pesca para hipocampos como las principales amenazas que sufren éstas especies de caballitos de mar.

Los números son difíciles de obtener, pero es sabido que la mayoría de los hipocampos capturados se utilizan en medicina tradicional. Este uso se originó en Europa pero actualmente la mayor demanda se encuentra en Asia, especialmente en China. Además, hasta 1 millón de hipocampos son comercializados anualmente para ser utilizados como souveniers turísticos (aros, llaveros, pisa papeles, etc.), y otro gran número de individuos son capturados y vendidos vivos para acuarios comerciales.

Muchas de éstas capturas son accidentales, son obtenidos a través de las redes utilizadas en la pesca comercial de langostinos y cangrejos; pero como la demanda está creciendo a nivel mundial, los pescadores aprovechan estas capturas “no deseadas” para mejorar sus economías.

A pesar de que el comercio de hipocampos ya tiene varios siglos, no fue hasta la década del 90 que se lo comenzó a investigar a través de la Dra. Amanda Vincent, una experta en comercio internacional de hipocampos y cofundadora del “Proyecto Hipocampo”. La Dra. Vincent calculó que durante el año 1996 aproximadamente 16 millones de hipocampos fueron utilizados solamente en Asia, estimando para ese año un tráfico internacional de 24 millones de hipocampos. Los principales países exportadores fueron Tailandia, Filipinas, India y Vietnam; mientras que de los 32 países importadores los que concentraron mayor cantidad de hipocampos fueron China, Taiwán, Japón y Korea.

Estados Unidos y Europa fueron, y lo siguen siendo, grandes importadores de hipocampos vivos, principalmente para la venta a acuarios comerciales y privados.

Desde mediados de los años 90 el tráfico de hipocampos (regional e internacional) fue aumentando, pasando de 24 millones anuales a más de 150 millones por año, actualmente con 80 países involucrados en el proceso.

De acuerdo a una investigación encubierta realizada en China por el biólogo marino Kealan Doyle (fundador de “Save Our Seahorses”) durante el año 2012 en aquel país   aproximadamente 150 millones de hipocampos se utilizaron para medicina tradicional; superando 7 veces los números oficiales declarados. Doyle encontró por ejemplo que un establecimiento comercial en Guangzhou vende alrededor de 20 millones de hipocampos por año. Además visitó locales comerciales que según lo estimado por él tenían aproximadamente 30 mil hipocampos muertos contenidos en bolsas apiladas que desde el suelo llegaban hasta los techos. Teniendo en cuenta que solamente en Hong Kong existen 6000 de este tipo de locales que comercializan hipocampos, Doyle ha declarado que en unas pocas décadas es posible que los hipocampos de los mares de Asia se extingan.

Usos de los caballitos de mar

Los hipocampos son aplastados, hervidos, triturados y fermentados (vivos o muertos) en alcohol para luego utilizarlos en varios tratamientos médicos caseros para molestias  hepáticas, dolor de estómago, caída del cabello, tuberculosis, gota, heridas, fracturas, y como afrodisíaco. Recientemente se lo ha comenzado a utilizar como alimento para niños con deficiencia de crecimiento, como terapia alternativa al Botox, y en productos medicinales en forma de píldoras.

Mientras que son insuficientes las pruebas empíricas de que los hipocampos tienen  realmente un valor medicinal, los defensores de la medicina tradicional alegan que los  siglos de uso medicinal del hipocampo son prueba suficiente de sus poderes curativos. Una creencia que está llevando a los hipocampos al borde de la extinción.

El futuro de los hipocampos

En el año 2002 la Convención Internacional para el Tráfico de Especies de Flora y Fauna en Peligro (CITES) catalogó a todo el género hipocampo (Hippocampus) en el status dentro del cual se considera vulnerable por lo que sugiere permitir el comercio pero de forma regulada, esto es, exigir a los países exportadores que obtengan los animales de forma legal y cumpliendo las correspondientes normativas respecto a cupos de pesca y longitud mínima permitida para hipocampos capturados.

A su vez, la abrupta caída en los números de caballitos de mar ha llevado a que se realicen algunos esfuerzos mundiales por preservar ésta especie única. Entre las herramientas utilizadas están la creación de áreas protegidas donde están vedadas las capturas y el fomento de la cría comercial de hipocampos (piscicultura) para intentar cubrir la demanda mundial.

Por último cabe aclarar que el comercio no es la única amenaza que sufren los hipocampos. Todos los tipos de ecosistemas marinos  donde viven (manglares, arrecifes de coral, bosques de algas) se encuentran en riesgo. A nivel mundial se calcula que en las últimas décadas la mitad de los manglares han sido destruidos, se han perdido limes de hectáreas de bosques de algas y el 60% de los arrecifes de coral han desaparecido, han sido degradados o han ingresado en una etapa de riesgo inminente.

Esto se debe a los desarrollos urbanísticos en las costas, la contaminación, el dragado, el  cambio climático y a algunas prácticas de pesca destructivas específicas que incluyen explosivos y venenos.

Considerando el alto impacto negativo que se está efectuando sobre el medio ambiente y a la aparentemente insaciable demanda de los humanos por los hipocampos, es muy posible que ésta mística especie se extinga antes de lo pensado. El tiempo dirá.

Fuente: Animal Welfare Institute (AWI)
Traducción: Facundo Moyano

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