Home / Veganismo / Los inconvenientes del consumo de carnes

Los inconvenientes del consumo de carnes

carnes

«Aunque todos los lobos y buitres de la tierra se unieran para convencerme de las ventajas de la carne , no por ello dejaría de verlo como un crimen», Porfirio.

A continuación, sintetizamos los inconvenientes del consumo de carnes en la actualidad, apuntados en un artículo de José Manuel Casado:

• La metabolización de los alimentos de origen animal deja una gran cantidad de residuos ácidos en el organismo. Estos residuos de desecho son los ácidos úrico, fosfórico y sulfúrico. Por ejemplo, el cuerpo solamente puede manejar alrededor de 8 gramos de ácido úrico al día, mientras que una pieza de carne de 500 gramos contiene 16 gramos. A diferencia de los animales carnívoros, no poseemos la enzima uricasa para descomponer rápidamente el ácido úrico. Para neutralizar estos ácidos el cuerpo utiliza reservas de minerales alcalinos, principalmente calcio, de los huesos y dientes. Una vez que la neutralización de los ácidos ha ocurrido, residuos de urato de calcio son depositados en los tejidos blandos y calcifican, dando lugar a arteriosclerosis, cataratas, cálculos renales o biliares, arrugas, artritis, etc.

• Son ricos en grasa saturada y colesterol. Innumerables estudios relacionan claramente el elevado contenido de grasa animal en la dieta con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, las cuales se caracterizan por el depósito de grasas saturadas y colesterol en las paredes de las arterias. Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de mortalidad en nuestro país (España), siendo responsables de un 40 % de los fallecimientos.

• Los alimentos de origen animal engordan. La carne contiene entre un 30 a 70 % de grasa. La grasa contiene aproximadamente 3 veces más calorías que los carbohidratos y 2 veces más calorías que las proteínas.

• Contienen gran cantidad de venenos. A lo largo de su vida los animales acumulan y almacenan en sus tejidos una gran cantidad de venenos: pesticidas (se ha estimado que el 80 % de los pesticidas en¬contrados en las personas provienen de productos animales), herbici¬das y fertilizantes artificiales.

• Tienen bacterias y parásitos. Los contagios de enteritis, disenteria y salmonella a menudo han sido relacionados con el consumo de carne preparada o conservada inadecuadamente. Las ostras y el marisco procedentes de aguas contaminadas son una causa importante de hepatitis. Las infecciones parasitarias frecuentemente están relacionadas con una dieta de carne.

• Estimulan el deseo de comer excesivamente. Los productos animales son altamente tóxicos en el ámbito celular, provocando un efecto estimulante, que es experimentado por muchas personas, en el ámbito psicológico, en forma de deseos de comer compulsivamente.

• No contienen fibra. Los productos animales carecen de fibra natural que se encuentra en los cereales integrales, las frutas y las verduras. La fibra está compuesta de celulosa, y es indigestible. Además de estreñimiento, cuando la dieta es baja en fibra se tiene un alto riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, cálculos en la vesícula, diverticulosis, hemorroides, apendicitis, hernia, venas varicosas, cáncer de colon, cáncer de mama, obesidad, diabetes, etc.

• Son casi siempre consumidos en malas combinaciones con otros alimentos. La carne necesita para su digestión un medio ácido en el estómago. Si es comida con otros alimentos que necesitan un medio alcalino para su digestión (patatas, arroz, pan, maíz, etc.), el cuerpo no puede digerirla adecuadamente y entonces las bacterias la descomponen y se pudre. El resultado son subproductos tóxicos que envenenan el organismo. Eructos, gases, mal aliento, mal olor corporal son síntomas inequívocos de que se está produciendo el proceso de la putrefacción.

• Contribuyen a la incidencia de cáncer. Ha sido confirmado por muchos estudios científicos que los productos animales son la causa principal de cáncer de colon. Con una dieta rica en productos animales el tiempo de tránsito de los alimentos a través del sistema gastrointestinal es prolongado. El material de desecho que debería ser eliminado rápidamente permanece en contacto con el tejido rectal durante largos periodos de tiempo, creando compuestos que pueden iniciar cáncer en la pared del colon. El cáncer constituye la segunda causa de muerte en España.

• Son los alimentos más putrefactos de todos. La vida celular continúa después de la muerte del animal. Las células continúan produciendo materiales de desecho que son bloqueados en la sangre y tejidos putrefactos, causando envenenamiento de la sangre al consumirlos. El nitrato de sodio y el nitrito de sodio son usados como conservantes para retardar el proceso de putrefacción en las carnes procesadas (salchichas de Francfort, salame, embutido, etc). Estas sustancias son potencialmente peligrosas para los niños pequeños ya que pueden causar deformidades en los fetos, causar grave daño en las personas anémicas y son una posible causa de cáncer. El sulfito de sodio se usa para dar a la carne una apariencia fresca y roja y eliminar el fuerte hedor de la putrefacción, incluso después de que se ha vuelto rancia y negra.

• No suministran energía. El nutriente predominante en la carne es la proteína. La proteína es lo último que el cuerpo quema para obtener energía. Para obtener energía el cuerpo necesita los azúcares de los carbohidratos (frutas, cereales, verduras, etc.). La proteína es usada como energía solamente cuando hay un exceso en el cuerpo o una falta de carbohidratos. Cuando esto sucede, el cuerpo gasta una enorme cantidad de energía en convertir el exceso de proteína en energía. Este proceso fatiga a los riñones encargados de eliminar el ácido úrico y otros desechos generados por la descomposición de la proteína y además sobrecarga al ya exhausto hígado.

Fragmento del libro “La Dieta Ética”
Grupo Editorial El Vegetariano – Buenos Aires – Argentina

Por David Román
Fundador y presidente de la Unión Vegetariana Española, miembro del Concejo Mundial de la IVU International Vegetarian Union, webmaster de la sección en español de la misma, investigador, escritor, traductor y permanente colaborador de la UVA.

Pubicado en El Vegetariano Vegano n° 23

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*